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23 enero 2018

Cirugia de los tumores cutáneos, características y tratamientos

La exposición solar es uno de los factores de riesgo más importantes para la aparición de tumores cutáneos. Por eso, la cara es una de las zonas dónde más frecuentemente aparecen. La cirugía de los tumores cutáneos suele requerir técnicas especiales que suelen realizar los cirujanos plásticos.

Tratamiento de los tumores cutáneos

Tumores benignos

Son tumores benignos aquellos que no progresan invadiendo tejidos cercanos o a distancia y, por tanto, su comportamiento no es dañino. Son las lesiones más frecuentes y su tratamiento se puede llevar a cabo en la misma consulta en la mayoría de los casos.

Las lesiones benignas pueden ser tratadas mediante:

  1. Rascado y dermabrasión: Para el tratamiento de lesiones benignas muy superficiales, puede ser suficiente el raspado dejando una herida superficial que cura por si sola sin dejar marcas. La dermoabrasión también es útil para este tipo de lesiones como por ejemplo en el caso del rinofima (tumoración nasal característica por el engrosamiento irregular de la piel de la nariz).
  2. Extirpación con bisturí: la extirpación y cierre directo de la herida es la técnica más frecuentemente realizada en lesiones pequeñas. Es importante que los bordes de la herida cierren sin tensión. También es importante la orientación de la nueva cicatriz, ya que en función de esto, conseguiremos dejar la menor marca posible. Esta extirpación se puede realizar mediante cirugía convencional u otras técnicas como criocirugía, cauterización o láser, entre otras, con resultados similares. En lesiones más grandes o de difícil localización, puede ser necesario realizar algún tipo de cirugía reparadora para evitar alteraciones del aspecto y asegurar una función normal de la cara, como por ejemplo autoinjertos o colgajos locales o microquirúrgicos.
  3. Láserterapia: por último, dentro de las lesiones benignas, encontramos muchas lesiones vasculares, siendo este un tema tan amplio que daría para varios artículos más. Sin profundizar demasiado, sí que podemos decir que para las lesiones vasculares superficiales benignas el tratamiento ideal es el láser, mientras que para las profundas se han de considerar otras técnicas.

Tratamiento de los tumores premalignos

Existen dos tipos de lesiones premalignas que se asocian a la exposición solar y que en el 5% de los casos evoluciona a carcinoma espinocelular: la queratosis actínica y la queilitis actínica (lesión premaligna en los labios). Debido a su potencial malignidad, ambas deberán ser tratadas adecuadamente y controladas anualmente por su doctor y dermatólogo.

Las opciones de tratamiento son :

  1. Criocirugía: eliminación mediante congelación con nitrógeno
  2. Electrodesecación y curetaje: se realiza raspado o eliminación por coagulación de la lesión
  3. Dermoabrasión
  4. Excisión a plano: se realiza un afeitado superficial con bisturí de la lesión
  5. Láser de CO2
  6. Aplicación de agentes tópicos como el ácido Tricloroacético, Fenol, Fluoruracilo (5-FU) y ácido Retinoico.

Tumores malignos

Los tumores malignos los podemos diferenciar entre los que presentan un crecimiento local (carcinoma basocelular) de aquellos que producen crecimiento a distáncia o metástasis (carcinoma espinocelular, melanoma y sarcomas).

Se debe considerar potencialmente maligna toda aquella lesión que haya tenido modificaciones de tamaño (a más o a menos), de forma, de color o sensación (picor o dolor). También se tienen en consideración otros factores de riesgo como la localización, el grado de infiltración (profundidad de la lesión), los tumores que hayan sido tratados anteriormente, la exposición solar y que haya diferentes focos de lesión.

El principal principio que ha de seguirse en el tratamiento de cualquier tumor maligno facial, es su extirpación completa dejando márgenes libres de enfermedad (específicos para cada caso). También será importante la conservación de la función y la reparación de los defectos que hayan podido quedar como secuela. Además, en los casos de tumores malignos con potencial malignización a distancia (sarcomas, melanomas y carcinomas epidermoides), habrá que realizar vaciamiento gaglionar y/o quimioterapia o radioterapia si procede.

Así, a modo de resumen, la cirugía de los tumores cutáneos malignos contempla:

  1. Extirpación y estudio biopsia para determinar el tipo de tumor
  2. Cirugía para ampliar márgenes si fuera necesario una vez diagnosticado el tipo de tumor y según los protocolos de actuación médica para cada caso
  3. Tratamientos asociados: en los tumores con capacidad de enviar células a distancia, habrá que realizar tratamientos asociados, según las guías de actuación, ya sea: vaciamiento ganglionar, radioterapia, quimioterapia.
  4. Reconstrucción morfofuncional para evitar secuelas.

Tienes dudas o consultas? No dudes a consultar con tu dermatólogo para diagnóstico e indicación de tratamiento de cualquier lesión cutánea, nosotros estaremos encantados de ayudar en su tratamiento quirúrgico.