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17 septiembre 2018

¿Cómo tener una piel más firme y tersa?

Es muy frecuente este tipo de preguntas en nuestra consulta de Medicina Estética, especialmente después de las vacaciones de verano, cuando los efectos del sol y el calor ha producido una reducción de la firmeza de la piel.

La flacidez es una alteración de la piel debido a su propio envejecimiento intrínseco y al efecto de otros factores extrínsecos como el sol. En este sentido, es fácil observar cómo las zonas del cuerpo más fotoexpuestas presentan mayor grado de flacidez.

El colágeno: elemento clave para una piel firme.

El colágeno es una proteína que se organiza en forma de fibras. Estas fibras crean redes que aportan sostén a los tejidos, por lo que es responsable de la firmeza de la piel y desempeña una función estructural de la piel contribuyendo a la resistencia al estiramiento de la piel.

Los fibroblastos son las células que sintetizan el colágeno. A partir de los 20 años, el número de fibroblastos y su función va disminuyendo progresivamente. Con el paso del tiempo, la estructura del colágeno cambia, de forma que comienza a agruparse en nudos irregulares con amplios espacios entre ellos, en vez de formar una malla homogénea, lo que provoca la flacidez de la piel y el descolgamiento gradual de los tejidos, propio del envejecimiento fisiológico. Pero existen factores extrínsecos que pueden influir en la desestructuración de las fibras de colágeno son hábitos como el tabaquismo, el abuso del alcohol y la exposición solar prolongada y sin protección. Todo ello contribuye a la debilitación de las fibras colágenas existentes como a la disminución de la producción de fibras nuevas.

Por tanto, para mejorar la firmeza de la piel es imprescindible reestructurar las fibras de colágeno existentes y estimular la producción de fibras nuevas, mediante dos pasos fundamentales:

  • Reducir el impacto de los factores que lo empeoran

El paciente debe adoptar hábitos de vida saludables y evitar en lo posible los siguientes factores agravantes:

Tabaco: además de todos los perjuicios del tabaquismo para la salud general del paciente, reduce los niveles de vitaminas que son fundamentales para la producción de colágeno, como la vitamina A.

Alcohol: el abuso de alcohol acelera el envejecimiento, ya que altera el metabolismo de diferentes células, entre ellas el fibroblasto.

Exposición solar: la radiación infrarroja degrada el colágeno, afectando a las mitocondrias de los fibroblastos. La radiación UVA puede llegar a la dermis, alterando la función de las fibras colágenas.

  • Favorecer la producción de colágeno de una forma proactiva.

Pero, ¿Cómo se aumenta la producción de una forma proactiva? ¿Debo tomar suplementos alimenticios de colágeno?

Una dieta variada y equilibrada debería ser suficiente para aportar al organismo todos los nutrientes que necesita. Si el paciente desea tomar suplementos de colágeno, le recomendamos que consulte con un Profesional en Nutrición o Medicina, quien le dará las pautas para adquirir el producto más adecuado. Sin embargo, no se disponen evidencias clínicas que demuestren la eficacia de estos suplementos en el tratamiento de la laxitud cutánea. Hoy por hoy, los gestos con los que obtenemos resultados visibles son los que realiza el Médico Estético en la consulta.

¿Qué se puede hacer en la consulta de Medicina Estética para aumentar la producción de colágeno?

Los procedimientos que mejores resultados han ofrecido a la hora de mejorar la firmeza y tersura de la piel son los que están orientados a estimular la producción de colágeno para obtener dos beneficios principalmente:  Reestructurar el colágeno existente y  estimular la producción de colágeno nuevo.

Para ello, actualmente disponemos de diferentes técnicas de Medicina Estética que pueden aplicarse de forma aislada o combinando varias, según las necesidades y preferencias de cada paciente:

  • Infiltración de rellenos y principios activos tensores
  • Radiofrecuencia
  • Hilos tensores

Rellenos Dérmicos y Sustancias Tensoras

El ácido hialurónico, la hidroxiapatita cálcica, el silicio orgánico y aminoácidos como la glicina y la prolina, son sustancias biocompatibles y totalmente reabsorbibles que inducen la formación de colágeno. La clave del éxito consiste en conjugar el conocimiento profundo de las estructuras faciales con las diferentes técnicas de infiltración y con la elección adecuada del tipo de sustancias a infiltrar, en función de cada rostro y sus requisitos individuales. Las numerosas y avanzadas fórmulas de materiales de relleno permiten personalizar al máximo el tratamiento no sólo facial sino también de la flacidez en otras zonas corporales, como por ejemplo en codos, brazos y rodillas.

Radiofrecuencia

La radiofrecuencia es el gold standard o patrón de referencia en el tratamiento de la tersura de la piel. Es la técnica de elección cuando el paciente prefiere evitar las agujas o cuando los rellenos no están indicados.

El resultado de la radiofrecuencia es favorecedor y natural, sin que su aplicación sea evidente para los demás. Actúa tanto a corto como a medio plazo, ya que produce un efecto tensor inmediato y estimula la producción de colágeno nuevo, que puede tardar entre 8 y 16 semanas en formarse, por lo que la densidad de los tejidos va mejorando a lo largo del tiempo.

Hilos tensores

Aunque se han popularizado como el “lifting sin cirugía”, su resultado no puede ser comparable al de un tratamiento quirúrgico, por lo que está indicado para grados de laxitud leve o media. El resultado es natural y, al igual que el resto de tratamientos inductores de colágeno, su efecto es tanto inmediato como progresivo en el tiempo.

Los hilos tensores se colocan en la dermis con una aguja guía, sin incisiones, para formar un entramado que sujeta y tracciona los tejidos. Tras implantarlos, el paciente percibe una sensación de tensión en la piel desde el primer momento, pero los hilos también producirán una fibrosis progresiva que inducirá la estimulación del colágeno. Es por este motivo que los resultados finales se apreciarán a lo largo de los siguientes meses observándose que la piel se redensifica y mejora la flacidez.

El médico estético puede personalizar el tratamiento único o combinando estas técnicas con otras, como la Carboxiterapia, la Mesoterapia o la Terapia Regenerativa con Factores de Crecimiento, con el fin de optimizar los resultados y conseguir los mayores beneficios para cada paciente.