“Estás así por tu peso”, “Si haces ejercicio se va”, “Siempre te quejas de que tienes las piernas cansadas”…
¿Te suenan estas frases? Muchas mujeres con lipedema las escuchan con frecuencia, sin que su entorno comprenda lo que realmente les ocurre.
¿Qué es el lipedema?
Junio es el mes de la concienciación del lipedema, una enfermedad aún poco conocida, también llamada la enfermedad silenciosa. El lipedema es una patología crónica e inflamatoria que se caracteriza por un acúmulo anómalo de grasa en las piernas y, en algunos casos, también en los brazos. Esta grasa genera un desequilibrio evidente con el resto del cuerpo.
Más que un problema estético
El lipedema no es solo un problema estético: la grasa acumulada suele ser dolorosa, sensible al tacto y puede provocar hematomas con facilidad. Además, esta grasa es resistente al ejercicio físico y a las dietas hipocalóricas. Aunque su causa exacta no se conoce, se sospecha que existe una base genética y hormonal.
¿Cómo se diagnostica el lipedema?
El diagnóstico del lipedema es clínico, es decir, se realiza mediante la exploración física. Un dato clave es que el dorso del pie no debe estar afectado. También es importante valorar el estado del sistema venoso, por lo que en ocasiones se solicitan pruebas para descartar varices.
Tratamiento del lipedema: ¿en qué consiste?
Aunque el lipedema no tiene cura, existen tratamientos eficaces para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. En nuestra consulta explicamos a cada paciente que el tratamiento debe seguir estos cuatro pilares fundamentales:
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Alimentación antiinflamatoria o ayuno intermitente, combinado con ejercicio de bajo impacto (como natación o ciclismo).
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Uso diario de medias de compresión.
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Drenaje linfático regular, mediante presoterapia o masajes manuales.
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Cirugía reductora de grasa, si está indicada.
Cirugía para el lipedema
La cirugía del lipedema consiste en reducir los depósitos de grasa mediante una técnica de liposucción asistida por potencia (PAL). El objetivo no es solo remodelar las piernas, sino también disminuir su peso, mejorar la celulitis secundaria y reducir la inflamación general del cuerpo.
Se trata de una cirugía ambulatoria, sin ingreso hospitalario. Se recomienda el uso de una faja compresiva durante 6 semanas tras la intervención, y es posible volver a la actividad habitual en 5 a 7 días. Un dato importante: si se mantiene un peso estable, la grasa no vuelve a aparecer.
Importancia de una valoración profesional
Cada vez hay más información sobre el lipedema, pero aún muchas personas siguen sin diagnóstico. Por eso es fundamental acudir a un profesional con experiencia en lipedema, que pueda ayudarte a comprender tu caso y planificar un tratamiento personalizado a corto, medio y largo plazo.